- Con lo que saco de esos patanes apenas puedo cubrir los gastos de mis perfumes. ¿Y que hay de Roulé, ha pagado ya el alquiler?
- No excelencia, ni lo pagará. Murió la semana pasada.
- ¡Oh! ¡Qué cosa más impertinente, morir sin pagar el alquiler! ¿De qué murió?
- De hambre.
- El hambre es indulgente con esos campesinos, igual que la gota... (continúa)