El enemigo soy yo, porque aún sé pensar. Me gusta leer, me gusta la libertad de expresión y la libertad de elección. Me gusta sentarme en una tasca grasienta y plantearme que hago, ¿me tomo el filetón o el especial de chuletas a la barbacoa con ración de patatas fritas? Quiero un alto colesterol. Quiero comer jamón y mantequilla y salchichas al... (continúa)