Si te quedas en Larisa tendrás paz, y una mujer maravillosa. Tendrás hijos e hijas que a su vez tendrán descendencia. Te amarán. Y cuando ya no estés te recordarán. Cuando tus hijos y los hijos de tus hijos hayan muerto tú nombre se perderá. Si acudes a Troya, tuya será la gloria. Escribirán epopeyas de tus victorias durante miles de años. El... (continúa)