Lo juzgas de forma equivocada. Verás, Dios pudo haber parado las balas, o convertido la Coca-Cola en Pepsi, o encontrado las jodidas llaves de mi coche. No puedes juzgar algo así solo por su mérito. De modo que si lo que experimentamos fue o no fue un auténtico milagro es insignificante. Pero lo que tuvo significado es que sentí la mano de Dios.... (continúa)