- No quedo con chicas muy a menudo.
- Que gran desgracia, lo digo por mí. Sabes por qué lo digo, sé lo que ha pasado por tu cabeza.
- Ah, no, no lo sabes.
- ¡Claro que sí! Esperabas conseguir un beso de buenas noches.
- No, la verdad es que esperaba conseguir un polvo de buenas noches. Pero me conformaré con un beso, ¿vale?
- Eso es muy noble... (continúa)