- No puedes culparla. ¿Acaso te quedarías conmigo si estuviera paralizado?
- Por supuesto que sí.
- No me gustaría que te quedaras por lástima. Que un desconocido te limpie el trasero. ¡Dios! Y todas las cosas que no podrías hacer. Nada de correr ni de andar en bicicleta. Nada de sexo.
- Claro que podrías tener sexo. Solo que la chica tendría que estar arriba.
- Estaríamos perdidos entonces.