- Por favor, nada de psicología barata. Vaya y saquee el clóset de su abuela o lo que sea que hace cuando no hace té.
- ¡No hace falta que sea un desgraciado! Trató mal a sus amigos. Bien. Se lo merecen. Yo solo intento hacer mi trabajo lo mejor que puedo. Sería bueno que dejara de martirizarme como se ve que hace con todos los demás.
- ¿Y si dijera que no la quiero aquí?
- A mí no me contrató usted. Me contrató su madre. Así que, a menos que ella diga que no me quiere más, yo me quedo. No porque me importe usted o disfrute de su compañía sino porque necesito el dinero. De verdad necesito el dinero.