- ¡No puedo creer que quieras ayudar a nuestro hijo a terminar con su vida!
- Prefiero eso a que se arriesgue a hacerlo solo otra vez. No fue un llamado de atención, Camilla. Tenía toda la intención. Lo sabes. De este modo, podemos estar con él apoyándolo, dándole nuestro amor.
- ¡Es mi hijo!
- ¡Sí, también es mío! Es su opción. Esto es lo que quiere. Sabes cuánto sufre.
- Me dio seis meses. Aún podemos persuadirlo.
- Y crees que esa linda camarera va a lograrlo.