- Eres increíble, Clark.
- Bueno...Tengo que decirte algo.
- Lo sé.
- Ya sé lo de Suiza. Hace meses que lo sé. Escucha, sé que no es como hubieras querido pero yo puedo hacerte feliz.
- No. ¿Qué? No, Clark. Sé que esta podría ser una buena vida. Pero no es mi vida. Ni siquiera es parecida. No me viste antes. Yo amaba mi vida. De verdad. No soy el tipo de hombre que solo acepta esto.
- No le estás dando una oportunidad. No me das a mí una oportunidad. En estos seis meses me convertí en otra persona gracias a ti.
- Lo sé. Por eso no puedo atarte a mí. No quiero que te pierdas todas las cosas que otro podría darte. Y soy egoísta, pero no quiero que un día me mires y sientas arrepentimiento o lástima.
- ¡Nunca sentiría eso!
- Eso no lo sabes. No puedo verte caminando por el anexo con tus locos vestidos. O verte desnuda y no...No poder... Dios, Clark, si tuvieras idea de lo que tengo ganas de hacerte ahora mismo. No puedo vivir así.
- Por favor, Will, por favor. Escucha.
- Esto esta noche poder estar contigo es lo más maravilloso que podrías haber hecho por mí. Pero necesito que termine aquí. No más dolor ni cansancio ni levantarme cada mañana deseando que se termine. No voy a mejorar. Los doctores lo saben, yo lo sé. Cuando regresemos, iré a Suiza. Así que te pido que si sientes lo que dices sentir vengas conmigo.
- ¡Pensé que estaba haciéndote cambiar de idea!
- Nada haría que cambiara de idea. Les prometí seis meses a mis padres y eso es lo que les di.
- ¡No! No. No digas una palabra más. Eres muy egoísta. Abrí mi corazón frente a ti y lo único que puedes decir es no.
Y ahora quieres que vaya a ver lo peor que podrías imaginarte. ¿Tienes idea de lo que me estás pidiendo? ¡Desearía no haber aceptado este estúpido empleo! Desearía no haberte conocido.