Aquellos que me consideren hostil, obstinado o misántropo, ¡cuán injustos son conmigo! Ellos no conocen el motivo por el que me comporto así, no comprenden que no puedo permitirme decir: ¡Hablad más alto! ¡Gritad!? ¡Soy sordo! ¿Como podría vivir, si mis enemigos que son muchos, supiesen que ya no poseo el único sentido que en mí debería ser más... (continúa)