- Si vuelvo a chasquear los dedos, mis perros se abalanzarán sobre vosotros.
- Tengo dos preguntas. La primera es, ¿qué hago yo aquí hablando contigo cuando podría estar haciendo algo más peligroso, como emparejar mis calcetines? Y la segunda, ¿cómo vas a chasquear los dedos cuando te haya roto los pulgares?