Todos somos iguales, sin importar color, credo ni fortuna. Todos somos iguales en este planeta. Excepto los chinos. Ellos quedarían fuera si tuviéramos que escoger. No los estoy criticando. Sus caras, ¡no! Se llaman entre ellos cosas como Kwok. No se le llama a un niño Kwok. Hay Pongs y hay como un millón de Wangs. Puedes tener un niño y usar... (continúa)