Como ya te he dicho, te perdono tu asquerosa vida por dos razones. La segunda razón es que puedas contarle, en persona, todo lo que ha pasado esta noche. Quiero que contemple el alcance de mi piedad viendo tu cuerpo deforme, y quiero que le digas qué información me has dado. Quiero que sepa que lo sé, y que sepa que yo quiero que lo sepa y... (continúa)