Pero lo más raro de todo lo que vi es un compañerito que tiene una mamá y nunca le habla. Él sale, le pasa la valija a ella y nada más. Yo si tendría una mamá, la usaría mucho más. Me la pasaría hablándole. No sé, hay gente que tiene todo y no lo disfruta. Como ese tipo que a veces espío en la esquina del bar, que toma café y lee el diario y... (continúa)