- Es cierto, he cometido muchos errores.
- Dijiste que el mundo era malo y que no podiamos huir de su maldad y tenías razón, pero creías que podríamos luchar contra ella. No, debemos negociar con la maldad, pactar con ella. La maldad ha negociado contigo y ha impuesto sus condiciones.
- Se puede luchar pero de que sirve. Adiós.
- ¿Quieres... (continúa)