- Dinos la contraseña o volveremos a ponerle a su hija su antigua nariz.
- No, se la regalé por su 16 cumpleaños, está bien, la contraseña es 1-2-3-4-5.
- ¿¡¿1-2-3-4-5?!? ¡Ésa es la contraseña que un idiota pondría en sus maletas!
- ¿Lo habéis conseguido? ¿1-2-3-4-5? ¡Es la misma contraseña que tengo en mis maletas!