El arte de perder
no es difícil de aprender,
tantas cosas parecen querer extraviarse
que perderlas no acarrea ningún desastre.
Pierde algo todos los días,
acepta la confusión de perder las llaves.
Perdí dos ciudades,
dos ríos, un continente,
los echo de menos
pero no fue ningún desastre,
aun al perderte la voz burlona
un gesto que... (continúa)