Escuchadme bien. Y no olvidéis esto. Sabed que os voy a recordar, a cada uno de vosotros. La próxima vez que robéis ganado, procurad que no esté bajo mi protección. Porque no se lo estaréis robando a su dueño. Me lo estaréis robando a mí. A Robert Roy McGreggor. Y nadie que roba mis reses saca provecho. Si lo dudáis, preguntad a Tam Sibbald.