Pues yo trabajo a todas horas. Así que nunca, nunca, me interrumpas, ¿de acuerdo? Ni aunque haya un incendio. Ni siquiera si oyes un golpe seco en mi casa y al cabo de una semana sale de aquí un olor que tan solo puede ser el de un cadáver putrefacto, y has de llevarte un pañuelo a la cara, porque el hedor es tan fuerte que te vas a desmayar,... (continúa)