- Pero es como el suero de la verdad, deja bien al descubierto lo que eres. Si resulta que eres un despreciable hijo de puta capaz de vender a tus hijos por una calada de crack, el crack lo sacará a la luz. Ya seas negro, blanco, rico o pobre, tras la primera calada sólo hay una misión, y esa misión no termina nunca. Pierdes la casa, la pasta, a... (continúa)