- ¿Ibas a despedirte?... Tristán, ¿Cuánto tiempo estarás fuera?
- No mucho, unos meses.
- Te lo puedo poner más fácil.
- No.
- Si tuviéramos un hijo, o estuviera embarazada, ¿te marcharías también?
- Sí.
- Dame una oportunidad...
- No sigas.
- Mírame, por favor mírame. Te esperaré, por mucho que tardes te esperaré siempre.