- Si tú mereces castigo por tus transgresiones ellos lo merecen por las suyas.
- Son seres humanos.
- Todos somos responsables de nuestros actos. Tú no les das esa posibilidad. Eso es muy arrogante. Te amo, te amo hasta la muerte. Pero eres la persona más arrogante que conozco. ¡Y me llamas arrogante! Eso era todo.
- Soy arrogante, tú también... (continúa)