De niña ves el mundo como si fuera una gigantesca tienda de golosinas, llena de dulces y caramelos, pero de repente un día miras a tu alrededor y ves una cárcel y tu estás en el corredor de la muerte. Quieres huir, gritar o llorar. Pero algo te lo impide. ¿Los demás son como vacas rumiando hasta que llegue la hora de ir al matadero o simplemente... (continúa)