Todas las personas que eligen dedicar su vida al servicio de Dios tienen algo en común. No importa si son predicadores, sacerdotes, monjas, rabinos o monjes budistas. Muchas veces durante tu vida te ves en el espejo y te preguntas: ¿Soy un tonto? No estoy pasando por una etapa de duda. Lo que experimenté está más cerca de un despertar.