En nuestro pintoresco sistema legal si un hombre se acuesta con mi esposa lo mato y no me pasa nada. Se llama un crimen de pasión. Pero mi pasión se extiende a todas las cosas que poseo. Yo soy mis cosas. Ellas me representan. Si un hombre me roba algo, lo mato a él, mato a su esposa, a sus hijos, a su madre. Quizá hasta su doctor, por si acaso.... (continúa)