En la sala de rehabilitación hay un inmenso ventanal. A veces, imagino que lo cruzo y vuelo como tú, sobre Barcelona. Llego al mar y sigo volando hasta ver sólo esa línea de agua que nunca se acaba. Y pienso, tonta de mí, que si tú haces lo mismo desde Coruña, quizá des la vuelta al mundo otra vez y acabemos encontrándonos en algún punto del...
(continúa)Belén Rueda (Julia)