Había una vez un Principito que tenía una preciosa corona. Un brujo malo y envidioso lo encerró en una torre, de donde no podía salir. El niño se encaramaba a lo alto de la torre y daba cabezazos contra los barrotes para que le oyeran y vinieran a liberarle. No le soltaron nunca y murió allí en la torre, pero el ruido que hacía con la corona y... (continúa)
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Enviada por Austra hace 9 años
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