Al darle un mordisco a una galleta glaseada de babaria Harold por fin tenía la sensación de que todo iba a salir bien. En ocasiones, cuando nos perdemos en el miedo y la desesperación, en la rutina y la constancia, en la desilusión y la tragedia, habría que dar gracias a Dios por las galletas glaseadas de babaria. Y, afortunadamente, incluso... (continúa)
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Enviada por pablo hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de la película Más extraño que la ficción.