Era coherente, porqué él quería ser amado, quería ansiosamente ser querido, pero también había algo en él que deseaba perderse en la masa, ser anónimo, y el fascismo era el tipo de doctrina que podía ofrecer esa clase de oportunidad. De modo que Zelig podía muy bien conseguir el anonimato perteneciendo a ese enorme movimiento.
Patrick Horgan (Narrador)