Los sueños no son más que una excusa, pero una excusa muy gorda. Una excusa para vivir. Por eso, a veces, también se convierten en la mirada nostágica de aquello que nunca fuimos. Qué putada, Javier, asumir que nunca serás lo que siempre deseaste. Ni esperarlo siquiera.
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Enviada por boladenieve hace 9 años
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