Frases de la película El sargento de hierro

Estamos en 1983 y Tom Highway es un sargento condecorado de los Marines de EE.UU. que ha luchado en Corea y Vietnam. La vida le ha convertido en un hombre arrogante y violento, sobre todo cuando se emborracha o algo no es de su agrado, por lo que a menudo ha sido arrestado. Cerca de la jubilación, una de sus últimas misiones lo lleva con su antigua unidad de Cherry Point, de donde fue trasladado por insubordinación. Ahora su tarea es entrenar a un pelotón de reconocimiento y los comandantes son jóvenes e inexpertos: el Mayor Powers le considera una reliquia del viejo mundo militar mundial, mientras que el Lugarteniente Ring es un académico despreocupado. Tom se enfrenta a un equipo desorganizado de ociosos, que lo consideran un loco y lo odian, sin entender por qué deben seguir un régimen de entrenamiento tan duro cuando los Estados Unidos no están en guerra, pero las cosas cambian cuando los estadounidenses comienzan a combatir en Grenada. Al mismo tiempo, Tom trata de recuperar el contacto con su ex esposa, Aggie, pero hay dos obstáculos en su camino: el jefe y amante de Aggie, y la memoria de la mujer de lo problemático que era su matrimonio.

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